La Psicología como ciencia de la conducta

Comencemos este blog sobre ciencia y comportamiento aclarando aspectos básicos de la psicología conductual para sentar unas bases sobre las cuales poder continuar explicando, y reflexionando sobre aspectos más complejos y específicos del conductismo.

Los psicólogos conductuales, antes de serlo, hemos ido construyendo nuestra orientación teórica y otorgando sentido a nuestra profesión a través de diversos caminos, unos han ido llegando antes que otros, algunos si quiera van a pararse a pensar pero otros muchos están aún perdidos queriendo llegar a buen puerto. Afortunadamente hay cuestiones muy básicas sobre el estudio de la conducta humana que pueden ayudar a las personas perdidas en este camino (que desconocen o conocen de forma incompleta o equivocada el conductismo) a encontrar algo de claridad. Espero, entonces, durante los siguientes párrafos arrojar algo de luz sobre dicho camino. Estoy convencida que muchos se sorprenderán, gratamente, por supuesto, y entenderán que el conductismo no es lo que creían.

Sin lugar a dudas, la psicología es la disciplina que se encarga de estudiar la conducta humana, analizando las complejas relaciones funcionales entre el organismo y su contexto. Con esta breve definición, muchos (psicólogos incluso con amplia formación, desgraciadamente) hacen la primera crítica: “Solo estudiáis la conducta, y la psicología es mucho más”. Depende como nos pillen, podemos dar respuestas muy variadas, una opción es hacer algunas respiraciones diafragmáticas y comenzar a explicar qué es conducta:

Conducta es toda respuesta del organismo aprendida y/o susceptible de ser modificada, que ha sido desencadenada por un estímulo o contexto estimular. Engloba, entonces, respuestas clásicas y operantes, engloba respuestas voluntarias (por ejemplo: hablar), y respuestas involuntarias (por ejemplo: respirar). Estas respuestas involuntarias no son aprendidas, entonces ¿también son conducta? Sí, son conducta en la medida en que son susceptibles de ser modificadas en alguno de sus parámetros, que responden a las leyes del aprendizaje.

Es fundamental para definir conducta, hacer referencia también al estímulo que la desencadena, no es posible concebir las respuestas al margen de aquello que las evoca o elicita, la conducta ha de concebirse como la interacción.

Conducta se refiere tanto el comportamiento “externo”, visible o manifiesto como el comportamiento “interno”, mental o encubierto, ¿hasta aquí todo bien? Pues no, no iba a ser tan sencillo, aparecen críticas de nuevo: “Pero los conductistas solo estudiáis el comportamiento observable”. Ambos tipos de comportamiento son conductas y ambos tipos son observables, en el caso del comportamiento encubierto es observable para uno mismo. El hecho de que puedan ser observadas por un público o por uno mismo no cambia la naturaleza de la conducta, de manera que no tiene sentido llamar conducta a lo motor y a lo observable y crear otra categoría para las conductas encubiertas. Esteve Freixa explica maravillosamente esta contrariedad mediante la siguiente analogía:

“A nadie se le ocurriría considerar que el iceberg es solamente su parte visible, que su parte escondida pertenece a otra categoría de fenómenos y, todavía menos, considerar que la parte oculta constituye “la causa” de la parte visible. El iceberg es el conjunto, la suma de la parte visible y de la parte escondida; el hecho de que esté dividido en dos partes por la frontera de la línea de flotación no tiene el poder de generar dos fenómenos diferentes. Del mismo modo, la conducta es el conjunto, la suma de la parte manifiesta y de la parte “mental”, y el hecho de que esté dividida en dos por la frontera de la piel no tiene el poder de generar dos fenómenos diferentes.”

Baste con estas definiciones y aclaraciones sobre qué es conducta para desbancar concepciones erróneas sobre el conductismo. El tema da mucho más de sí y desde luego puede dar lugar a reflexiones: adelante es el el lugar para hacerlas.

*Aclarar, para no dar lugar a mal entendidos, que el conductismo no es una teoría o un enfoque, es una filosofía, que según algunos autores no sólo abarca la psicología sino otras disciplinas… si me apuras, te diría que incluso lo considero una filosofía de vida (sí, opinión estrictamente personal, no basada en la evidencia). Esta entrada no pretendía profundizar en este tipo de cuestiones, es un tema amplio, conductismos hay muchos, ya hablaremos de todos ellos.

Bibliografía recomendada:

Freixa, E. (2003) ¿Qué es conducta? Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud, 3 (3) 595-613.

Pérez, M. (2004). Contingencia y drama: la psicología según el conductismo. Madrid: Minerva ediciones.

9 Respuestas a “La Psicología como ciencia de la conducta

  1. Hola Rebe ¿Me recuerdas?, Si, soy Gema, la senior de las clases en la UAM. No está mal para empezar un blog eh? Estupenda la lectura de Freixa que leímos ya en 4º los que tuvimos a Froján ese curso. Sólo una cosa: o estoy muy perdida o yo no diría que el conductismo es una filosofía; tú misma lo defines bien en el título de tu recién estrenado blog como ciencia del comportamiento o de la conducta. Pero qué te voy a contar aquí, ya con un máster y medio y terapeuta… Felicidades

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    • ¡Cuánto tiempo Gema! 🙂 Espero que vaya todo estupendo. Gracias por tus comentarios, me parece una apreciación muy acertada, quizá lo haya explicado de pasada, intento contestarte: cuando hablo del conductismo como una filosofía me refiero a que implica una forma amplia de concebir el mundo, un modo de estudiar las relaciones entre los organismos. Es una filosofía de la conducta y por eso, autores como M. Pérez argumentan que no concierne únicamente a la psicología sino a todas las disciplinas interesadas en la conducta (por ejemplo la biología). Podríamos decir que el conductismo es la filosofía de la ciencia de la conducta, ya que es algo más que una teoría y abarca diferentes enfoques (más que teorías) dentro de sí mismo. Quizá sea un punto controvertido llegar a establecer si el conductismo es una «filosofía» o simplemente un enfoque, le demos el nombre que le demos (aunque desde luego las definiciones y conceptos son tremendamente importantes), lo que quiero destacar es que no es simplemente una teoría. Espero haber respondido a las cuestiones que me planteas..en cualquier caso es normal que estés en desacuerdo, es una cuestión, como he dicho, relativamente polémica. ¡Saludos!

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  2. Mucho tiempo sí, pero no te creas que he seguido tus pasos a través de FacebooK (no es cotilleo; al pinchar «Me gusta» y compartir alguno de tus enlaces me llega notificación de tus actualizaciones).
    Así explicado me queda mucho más clara tu postura; pero sigo viendo un problema: los psicólogos conductuales siempre han insistido, y defendido, el carácter científico de su objeto de estudio, y sin embargo la filosofía no enfoca sus investigaciones de manera empírica, como la ciencia. De ahí que hablar de «conductismo como filosofía de la ciencia de la conducta» resulta una «contradictio in terminis» (siento el latinajo); creo que un enfoque filosófico (filosofía de la conducta) y un enfoque científico (ciencia de la conducta) son cosas diferentes, pero bien pudiera estar equivocada, que por motivos laborales yo llevo alejada de estos asuntos mucho tiempo, aunque mantengo el interés de siempre y leo todo lo que me llega.

    Espero poder seguir de cerca todas tus aportaciones; mil gracias por la aclaración y mucha suerte…

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  3. Efectivamente hablar de filosofía y ciencia parece contradictorio. Es evidente que la filosofía no es ciencia pero esto no supone que no pueda existir una filosofía de la ciencia que se encargue estudiar, desde un enfoque general, dichos presupuestos científicos. Entendiendo que a la filosofía le interesa todo aquello que sea relevante para construir nuestra visión del mundo, tiene cabida una filosofía de la ciencia que se encargue de estudiar como se desarrollan y cambian las teorías y el conocimiento científico. Quizá sea más apropiado hablar de epistemología, que en definitiva es una rama de la filosofía que se encarga de estudiar el conocimiento. De esta manera, es plausible hablar de una filosofía de la ciencia de la conducta. Gracias de nuevo por tus comentarios, espero seguir escribiendo entradas que resulten interesantes y que sigas participando en ellas. ¡Saludos!

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  4. Que buena definición!
    Lo que una cosa… existen psicólogos no conductuales???
    Entiendo lo que dices, pero… no sé, es como cuando hay que apostillar Psicología con científica… cuando si no es científica no puede llamarse Psicología…
    Yo por ejemplo me encanta la psicología del pensamiento, pero sé perfectamente que pensamiento sigue siendo conducta.

    Psicología = ciencia + conducta.
    O no?

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    • Me parece una postura ideal la que defiendes. Así es, la psicología es la ciencia del comportamiento y no otra cosa, me encantaría poder hablar de psicólogos y que eso englobase psicólogos conductuales pero lo cierto es que no es así. ¿Cómo llamamos a aquellos que a pesar de ejercer como «psicólogos» o ser licenciados, másters, etc. no tienen idea del objeto de estudio de su disciplina, usan una metodología no basada en la ciencia, etc, etc?
      Gracias por tus R+ 😉

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      • Pues, creo que los psicólogos tenemos que trabajar la marca ‘Psicólogo’ y echar de la profesión a aquellos que no cumplen con los mínimos..! Otra idea es abandonar la marca y crear una nueva. Yo por ejemplo muchas veces digo que estudio «Ingeniería conductual» y claro la gente ya no engloba/etiqueta en lo que entiende como psicología ; )

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        • 🙂 sí, yo creo que hay que trabajar la marca «psicólogo» y difundir desde dentro una psicología científica, no renunciar a nuestro nombre, pero entiendo que en ocasiones es más claro utilizar otros términos porque al fin y al cabo se ajustan más a la metodología de trabajo que empleamos y a nuestra filosofía científica.

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