Skinner y el inconsciente

Seguramente la psicología popular identificaría el inconsciente como uno de los conceptos elementales del campo psicológico. En consulta, encuentro a multitud de personas que se explican sus actos en base al inconsciente, sin tener muy definido cómo funcionaría este sistema. En ocasiones suele usarse cuando uno no sabe cómo explicarse algo: “Creo que hago esto para dañarme, porque si no, no entiendo por qué lo hago si no quiero… debe ser el inconsciente”.

Más allá de cómo las personas ajenas a la psicología  entiendan el comportamiento, lo cierto es que incluso en el área profesional y académica de nuestro campo, el tema del inconsciente sigue siendo un aspecto polémico y no sé hasta qué punto una cuestión sin resolver para muchos. A lo largo de los años, en esos clásicos debates sobre las diferentes orientaciones psicológicas,  nos han preguntado a algunos psicólogos conductuales: ¿cómo explicáis vosotros eso del inconsciente? Seguro alguna vez nos hemos parado a pensar en este concepto pero no sé con cuanto éxito, ¿existe? ¿A qué nos referimos con inconsciente? No creo que la respuesta sea sencilla, para empezar, porque puede haber un problema inicial con la definición pero si vamos concretando y operativizando a qué nos referimos cuando hablamos de inconsciente, seguro podemos “traducirlo”, explicarlo en términos conductuales.  En este tipo de casos, cuando nos hacemos o nos hacen estas preguntas me planteo: ¿qué diría Skinner sobre esto?

Como primera respuesta  genérica probablemente diría que el funcionamiento del inconsciente se rige por los mismos principios de aprendizaje que explican el comportamiento humano. Algunos aspectos del inconsciente están muy relacionados con la actividad cognitiva, con el pensamiento y, por tanto, podrían ser explicados en base a contingencias de reforzamiento. Skinner está de acuerdo con que toda conducta comienza como conducta inconsciente (no explícita, automática) pero en el momento en el que la analizamos, observamos y hablamos sobre ella,  la hacemos consciente.  Skinner profundiza un poco al respecto, analizando  sobre cómo los humanos, a diferencia de los animales, tenemos conciencia, cómo evolutivamente adquirimos esta capacidad y por qué. Explica la consciencia como un producto social, es decir basa este comportamiento en el control ambiental, hipotetiza que los humanos  tuvieron que comenzar a observar sus propios procesos, su mundo privado, inaccesible para el resto, dado que otros individuos les cuestionaban sobre el porqué de algunas acciones. Es decir,  la comunidad verbal tiene un papel fundamental en la explicación del inconsciente pues es quién enseña a las personas a observarlo o describirlo.

Se requiere un ambiente verbal especial para imponer conciencia al comportamiento de modo que se induzca a la persona a responder a su propio cuerpo mientras se está comportando […] Lo que el conductismo rechaza es el inconsciente como agente, y, desde luego, también rechaza la mente consciente como agente.

Skinner, 1974. “Sobre el conductismo”. P. 139-140.

En esta conferencia, habla y explica algunos de los conceptos mencionados y otros igualmente interesantes.  Escucharle, además de leerle, es un verdadero placer:

https://www.youtube.com/watch?v=29zRk9Lidhw

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